Una cagada editorial, en la que destrozaron todo el material publicado para hacer una revista infumable, recortada remontada y censurada, y con un gran fantoche en las portadas desluciendo la belleza de los dibujos de Ambrós o Ángel Pardo.
Ambrós un dibujante inigualable, narrador maravilloso, su dibujo claro, directo con una fuerza y dinamismo increíble, su dominio de la anatomia y del movimiento es sorprendente, sus personajes están vivos dentro de cada viñeta, es un maestro indiscutible, imitado y copiado hasta el día de hoy.